jueves, 4 de octubre de 2012

La química en la atigüedad


Las primeras experiencias del ser humano como químico se dieron con la utilización del fuego para la transformación de la materia, la obtención de hierro a partir del mineral y de vidrio a partir de arena son claros ejemplos. Poco a poco, los humanos se dieron cuenta de que otras sustancias también tienen esta propiedad de poder transformarse. Se dedicó un gran empeño en buscar una sustancia que transformara cualquier metal en oro, lo que llevó a la creación de la ya mencionada alquimia. La acumulación de experiencias alquímicas jugó un papel vital en el futuro establecimiento de la química.

También en la prehistoria los primeros homínidos comenzaron a utilizar como herramientas cualquier objeto que la naturaleza les proveyera, tal y como lo encontraban, en su estado natural, sin modificaciones. Después de un tiempo, se dieron cuenta que muchos objetos que utilizaban podían modificar el medio que los rodeaba y que podían servirse de ellos para su beneficio. A medida de que avanzaban en conocimiento, nuestros antepasados se vieron en la necesidad de modificar tales objetos para las necesidades del grupo, pues tenían que hacerse también más eficiente para conseguir alimentos.

Con todas las nuevas tecnologías que habíamos conseguido hasta el momento, sólo habían logrado cambiar la forma y uso de las herramientas que tenían, pero no habían conseguido la transformación química de los mismos. Fue allí cuando el fuego se convirtió en nuestro gran aliado, fuimos capaces de crear objetos moldeando metales y aprendimos que cuando exponíamos algunos alimentos como la carne al fuego, ésta se demoraba más en estropearse; también permitió el uso de pieles, ya que al exponerlas al humo se podían conservar por más tiempo. Las alteraciones que el fuego lograba sobre algunas sustancias, se considera como el inicio empírico de la Química y que después se enunciaría como ‘Cambio Químico’; pero había un inconveniente a resolver, el fuego tan beneficioso que habían descubierto, solamente podían obtenerlo cada vez que había una tormenta, donde se conservaba para que no se extinguiera, modificando los hábitos de la sociedad, ya que tenían que radicarse en un sitio cercano al fuego para avivarlo y a la vez para preparar sus propios alimentos. Sin embargo, había ocasiones que el tan preciado fuego se apagaba, entonces se vieron en la imperiosa necesidad de reproducirlo deliberadamente, por lo cual encontraron diversas técnicas, que aún hoy se conservan idénticas a las usados por nuestros primitivos antecesores.

Cuando el hombre descubre que puede lograr aparecer el fuego a su antojo, ejecutando técnicas precisas, se convierte en un Químico Práctico, ya que comienza a idear nuevas tecnologías basadas en el calor generado por el fuego. Ya dijimos que cocinaba sus alimentos, pero a la par empezó a descubrir que el barro expuesto al fuego se cocinaba haciéndose muy duro, resistente al calor y se hacía impermeable; había descubierto los Materiales Refractarios: la Cerámica.

Posteriormente intentó bañar los objetos de barro crudos con diferentes soluciones de tierras de diversos colores (óxidos metálicos), que al ser expuestos al fuego, se convertían en una cubierta protectora, aparece el barniz. Y tal vez por casualidad, alguna hoguera sobre una playa logró formar unos pequeños glóbulos transparentes y brillantes, como joyas en la arena, descubriendo uno de los materiales más valiosos en su época pero muy común en la nuestra: el vidrio; apareció la fundición.

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